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George Floyd y el racismo en EE.UU.: Otros crímenes


La violencia policial contra ciudadanos negros en los Estados Unidos es una constante. Desde los ya lejanos disturbios en Detroit en 1967, (con el resultado de 43 muertos) hasta la muerte por asfixia de Floyd, las estadísticas señalan que morir baleado por la policía constituye la principal causa de muerte de los hombres negros en esa nación norteamericana.


En Estados Unidos, para un ciudadano afroamericano, es más fácil "morir baleado por la policía, que ganarse la lotería", dijo Frank Edwards, sociólogo de la Universidad de Rutgers, en un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, que recoge los casos de George Floyd, muerto durante su arresto por la policía de Minneapolis, junto a los de Eric Garner, Tamir Rice, Freddie Gray y Michael Brown, muertos en similares circunstancias.  La violencia policial contra ciudadanos negros en los Estados Unidos es una constante. Desde los ya lejanos disturbios en Detroit en 1967, (con el resultado de 43 muertos) hasta la muerte por asfixia de Floyd, las estadísticas señalan que morir baleado por la policía constituye la principal causa de muerte de los hombres negros en esa nación norteamericana.  La muerte de Michael Brown en 2014 a cargo de un agente de policía en Ferguson, Michigan, puso sobre la mesa, una vez más, el tema de la violencia policial contra los afroamericanos. Solo entre 2002 y 2012 en el estado de San Luis, 39 resultaron abatidos en acciones policiales.

Los casos se suman constantemente. Una "maniobra similar" a  la que causó la muerte de George Floyd, terminó con la vida de Eric Garner en 2014 en Staten Island, New York. En el 2016, en Tulsa, Oklahoma, Terence Crutcher fue abatido por la policía con seis balazos. Igual suerte corrió Keith Lamon Scott en Charlotte; Carolina del Norte. Y estos, no son casos esporádicos. En 2018,  James Leatherwood, de 23 años, también murió cuando era arrestado por la policía. También le pasó a Harith Augustus, ultimado en Chicago, acusado de resistirse al arresto, mientras supuestamente portaba un arma.


Las muertes no solamente se producen durante las detenciones, también se generan mientras están en custodia como le ocurrió a Freddie Gray en Baltimore en 2015.

Todos ellos suman a la violencia policial la impunidad, en ninguno de los casos, los agentes involucrados resultaron condenados. En el caso de Michael Brown el autor de los disparos, Darren Wilson fue absuelto, pese a las pruebas aportadas por las autoridades federales. En la muerte de Freddie Gray, el oficial acusado de su muerte en custodia, Caesar Goodson, también fue liberado, tras afrontar cargos por asesinato en segundo grado.

Según estadísticas de la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), un mínimo porcentaje de casos de violencia policial son encausados y cuando lo hacen, son absueltos. En la última década, en Estados Unidos de 54 agentes del orden involucrados en la muerte del detenido la mayoría fue declarado inocente.

Mientras el presidente estadounidense Donald Trump apenas dedicó unas pocas líneas a la familia del fallecido, el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, fue enfático al señalar que "ser negro en Estados Unidos no debería ser una sentencia de muerte". Por su parte, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó la acción del arresto como "repugnante".

La hermana de Bridgett Floyd exigió que los policías involucrados en la muerte de su hermano sean acusados de asesinato en primer grado y no solamente suspendidos y separados del cuerpo policial.


Las manifestaciones por la muerte de Floyd, reprimidas por la policía con gases lacrimógenos y bolas de goma, han dejado por lo menos una persona muerta (el pasado 27 de mayo) mientras otras ciudades de Estados Unidos se han sumado a las protestas, muchas de ellas violentas.

En todos los casos descritos existe un denominador común: violencia policial contra la población afroamericana. Un hecho común en la historia estadounidense,  ya en 1963, Martin Luther King, en su célebre discurso "Tengo un sueño..." advertía, "nunca estaremos satisfechos mientras el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial", dichas palabras, premonitorias,  al parecer hoy, están más vigentes que nunca.








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