No sólo es la falta de acceso a herramientas tecnológicas o conectividad a internet, el regreso a clases para las infancias y adolescencias de comunidades indígenas, rurales y afrodescendientes, está minado por la migración y extrema pobreza.
Carmen Santiago Alonso, directora del Centro de Derechos Indígenas Flor y Canto, consideró fundamental la construcción de una estrategia educativa que mire el contexto en el que vive este sector de la población, de lo contrario seguirán incrementando la brecha de desigualdad.
“No hay condiciones para el regreso a clases. Nos encontramos con situaciones que preocupan a las madres y padres de familia sobre la educación de sus hijos. La economía de las madres y padres de familia esta muy afectada, tenemos una realidad dificil porque en las comunidades de gente que migró, vemos a los hijos a cargo de las abuelas. Si tuviera una televisión ¿creen que ellas podrían supervisar que los niños, las niñas cumplan con sus clases?”, destacó la activista.
Para la SEP -indicó- una salida fácil puede ser no reprobar a nadie, sin embargo, esta solución lejos de ayudar maquilla una realidad. “Yo espero que en las comunidades no vayan a cometer el error de decir que la niña que cursaba primer año pasó a segundo si no llevó a cabo de manera completa su plan de educación, porque en este tiempo ya no hay niños que reprueben, por eso estamos como mexicanos como estamos”, dijo.
Al considerar que hay un sistema educativo erróneo, que no ha funcionado para México ni se ha tenido la responsabilidad de enfocarse a vigilar el sistema educativo en las comunidades indígenas, Santiago Alonso señaló que se requiere un análisis profundo para construir desde abajo las estrategias para que las y los niños reciban educación.
De acuerdo con el Plan Estratégico Integral para la Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes 2016-2022, detalla que la población de niñas, niños y adolescentes en el estado de Oaxaca es de un millón 395 mil 254 personas, y representa 35.2 por ciento de la totalidad de sus habitantes, es decir, más de una tercera parte del total de la población, que es de 3 millones 967 mil 889 personas.
El mismo plan detalla que 65.4 por ciento y 4.9 por ciento de niñas, niños y adolescentes de Oaxaca se reconocen como indígenas y afromexicanos, en ese orden.